miércoles, 22 de abril de 2015

MARIO LOPEZ de URALDE

Kaixo,

al leer esta tarde en  el blog de Gabriel Beldarrain http://gabrielbeldarrain.blogspot.com.es/, la crónica sobre la carrera de Hiru Herri, no he podido evitar llevar mis pensamientos 11 años atrás en el tiempo y acordarme de mi gran amigo altsasuarra Mario López de Uralde. Mario nos dejó el 13 de Abril de 2004, un día antes de que su hijo Mario cumpliese un año.

Un tumor se lo llevó en un mes. Si no recuerdo mal, salió a entrenar un sábado a las campas de San Pedro en Altsasua y debió de caer desvanecido. En un mes nos dejó. Ese mismo año había estado en el Campeonato de España de Cross y creo que terminó entre los 100 primeros. Tenía 37 años.

Navarro. Vasco. Bruto. Noble. Trabajador. Directo. 

Era para mí y para muchos una persona especial. Compartíamos muchas horas en el trabajo, en la carrocería de Autobuses Sunsundegui de Alsasua. Y en las campas de San Pedro, y en la pista. Con los amigos de Dantzaleku Sakana. Con Kike Aldasoro. Con Esteban Berdud. Y otros muchos.

Duro como él solo. Trabajaba de sol a sol, de luna a luna. Te hacía las series o lo que tocase después de 11-12 horas en su taller de pintura, y al terminar volvía a sacar piezas del horno durante otra hora.
Entrenaba con los calcetines del curro, sin chorradas. Justo ponerse un pantalón corto y a hacer dosmiles a 6'15". Siempre con "paradas técnicas" entre las repeticiones para aligerar. Siempre. Y yo creo que casi siempre era el mismo arbol. Seguro que le echa de menos.

Me encantaba reírme con él los sábados a la mañana cuando rodábamos por San Pedro. Cuantas anécdotas, cuantas carcajadas. Durante los últimos meses tenía una "guerra" con unos gitanos que se le habían puesto de vecinos.......y que le aparcaban el burro dentro del portal!!!! Tenía unas enganchadas brutales!!

Las campas de San Pedro fueron las que provocaron mi primer apodo en el mundillo del atletismo. Un día pregunté porqué no íbamos a rodar al bosque. En Altsasua nadie llama así a las campas de San Pedro. Desde entonces me llamaron, con mucho acento, "boxke" o "delboxke". Mario creo que ya ni sabía que me llamaba realmente Unai.

Paradójicamente, Mario solía nombrar a la muerte con bastante frecuencia. Algunas de las novias y mujeres que nos acompañaban a las carreras, incluida la suya, eran fumadoras. Decía que cuando se muriesen y nos jubilaramos, nos íbamos a poner las botas en Benidorm. Y no lo decía tan finamente como lo he dicho yo. Y a mi, cuando le decía a que pulsaciones hacía las series (por encima de 200ppm), me chillaba para que parase al mismo tiempo que "comentaba": " si te mueres, yo no te conozco eh!!".
Pero por desgracia le tocó a él. Por mucho que la última semana, trabajando en su cabina de pintura, si, trabajando, me dijese: "Este hijodeputa no me mata Delboxke".

Al funeral fuimos con mi hija June, recién nacida, solo tenía 25 días. Durante el entierro me derrumbé y lloré como muy pocas veces lo he hecho. Unos días después, el 25 de Abril corríamos la Hiru Herri. La carrera de su club. Carrera con homenaje. Carrera dura, por los recuerdos, no por el recorrido. Pero sé que le gustó verme allí. Y al final, tras correr con mi amigo Kike, terminé de llorarle.

La última vez que estuve con él, seguía luchando y no podía más que animarle. Y no pude despedirme como me hubiese gustado. Pero lo haré una vez más y las que haga falta:
MARIO, TE ECHO DE MENOS. Ya has vuelto a hacer que llore otra vez cacho cabrón.

Onak izan,

"delboxke"

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